Tuesday, December 27, 2005

I


IV

El sol es dios, también la luna.
quizás también la lluvia
de los días ásperos.

También mi lecho de roble,
también las manos que lloran, y el silencio
que enguanta los dedos de fiebre.

Todo, dios
y yo.

I mi temor estúpido
de ver como la luz
rehúsa el nidal de las preguntas
sin combate ni lágrimas.
¿No duermen todos los dioses en la misma guarida?
¿Cómo despertarlos?

Nos vestiremos con túnica de arpillera
cuando cante el gallo la tercera vez
analfabetos y sabios,
maldeciremos veinte siglos de palabras.

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