II
II¿Qué dios distraído ha abierto la puerta
de la vieja alacena dónde ya dormían
los vocablos rebeldes?
retornan,
la umbría todavía abierta,
calles abajo hacia la fábrica
de los mitos
-el centinela es ciego
¡qué cerca más mal guardada!-
¿Qué es lo que hace el miedo
velando las cuatro letras,
de vida y muerte y sexo?
El Olimpo inaccesible
no cura soledades.
Afila cuchillos.
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